Conmovidos
- Emilio Obregón, novio de la joven Lucía Bravo Murillo, asegura que tiene bonitos recuerdos de su amada novia.
Ambos fueron monaguillos de la misma iglesia “Asunción de María”, ubicada en Ciudad Jardín, Managua. - Amigos del coro de la iglesia del que formó parte la joven también asistieron a su sepelio. Todos la recuerdan como popular y alegre.
- El lunes miembros de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) regresaron a la escena de los crímenes en busca de nuevas evidencias.
- Emilio Obregón, novio de la joven Lucía Bravo Murillo, asegura que tiene bonitos recuerdos de su amada novia.
La muerte de Rosibel Murillo Luna, de 53 años, una de las tres víctimas de asesinato en el barrio Los Ángeles Managua, llegó a oídos de sus familiares de su natal comarca Las Mercedes, municipio de El Sauce, departamento de León, el propio día que hacían una misa de nueve días por la muerte de una tía (de la occisa Murillo) quien falleció de causas naturales.
Era un doble golpe para la familia y para todo el pueblo, esperaron tres días para realizar un acto nunca antes visto en Las Mercedes: El primer sepelio nocturno.
Rosibel, su esposo Santos Lucío Bravo Gómez, de 56 años y la hija de ambos Lucía Leticia Bravo Murillo, de 22, inicialmente habían estado sepultados en una misma fosa en el barrio Los Ángeles, porque Nahum Isaí Bravo Tórrez, de 25, se había encargado de planear el triple crimen y durante 15 días mantuvo oculto los cuerpos.
Nahum, presunto autor material e intelectual de los horrendos crímenes de su padre, media hermana y madrastra, donde también están involucrados cuatro acompañantes, ya está en manos de la justicia junto a sus compinches.
En managua
A don Santos Bravo Gómez sus familiares prefirieron sepultarlo en el cementerio del barrio Milagro de Dios, de la capital.
Los restos de Rosibel y su hija Lucía, partieron de la capital, hasta su última morada en el cementerio llamado El Capulín, de la comarca Las Mercedes, en El Sauce, León.
Griseyda Luna dijo que su prima-hermana, Rosibel, dejó la comarca a sus 18 años de edad, y esporádicamente regresaba a visitarlos. Esta vez llegó a quedarse para siempre junto a hija Lucía Leticia.
Una travesía
Llegar a la comunidad Las Mercedes, es una travesía. Muchos entran a caballo, motos o en vehículos “todo terreno”.
El camino pedregoso era una odisea para quienes iban en vehículos bajos, al final la caravana terminó en una mini rotonda, rodeada por troncos de árboles donde un centenar de personas esperaban los restos de las víctimas Rosibel y Lucía Leticia. El cielo también las recibió con una multitud de estrellas.
Con celulares y lámparas en manos a nadie se le dificultó llegar a El Capulín; en tres árboles habían pequeñas plantas eléctricas que levantaban igual cantidad de bujías donde se alcanzaban ver las escasas tumbas.
Emilio Obregón estaba estresado, el sudor en el rostro era más notorio y quería estar más cerca de su amada Lucía, con la que sostuvo un noviazgo de seis años, hasta que la muerte los separó.
El sacerdote de la comarca, se encargó de elevar palabras al creador, pidió fortaleza para la familia doliente y roció sobre los ataúdes agua bendita.
La familia lloraba, cuando los cuerpos de Rosibel y su hija Lucía Leticia, estaban a punto de descender a la bóveda.
En la memoria de los presentes solo quedará el recuerdo de haber visto a sus seres queridos en vida, por su avanzado estado de descomposición, ni siquiera fue posible que los velaran en la comarca.
El país quedó impactado por el horrendo crimen, y la comunidad de Las Mercedes, en El Sauce, guardará para siempre a dos víctimas de un Nahum, despiadado dispuesto a todo. Pero, ¿Qué ganó Nahum con el crimen?
La herencia
La joven Lucía estaba a punto de defender su tesis de la carrera de Administración de Empresas en la Universidad Politécnica (Upoli) y dentro de dos meses ya sería licenciada.
De Nahum muchos sabían que le tenía envidia y temía que la joven Leticia fuera la heredera de los bienes de don Santos Bravo.
La joven fue la única de las víctimas que recibió múltiples puñaladas con saña en el cuerpo, ya que sus padres fueron muertos a tubazos y batazos.
Lo que recuerdan los familiares de don Santos, es que este (Nahum) supuestamente desde hace más de seis años, presuntamente le falsificaba la firma a su padre don Santos.
Lo cierto es que los compinches de Nahum, siempre han sido muy conocidos.
El caponero Jairo Josué Ugarte, acusado de matar a las víctimas a cuchilladas, tubazos y batazos, vive cerca de donde habita la madre de Nahum, en el barrio Las Torres, Managua.
Emilio Obregón, novio de la joven Lucía Bravo Murillo, asegura que tiene bonitos recuerdos de su amada novia. Ambos fueron monaguillos de la misma iglesia “Asunción de María”, ubicada en Ciudad Jardín, Managua. Amigos del coro de la iglesia del que formó parte la joven también asistieron a su sepelio.
Todos la recuerdan como popular y alegre. El lunes miembros de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) regresaron a la escena de los crímenes en busca de nuevas evidencias.